Hoy en día se habla mucho de innovación, de la cantidad de
dinero que hay que invertir en ella, de lo importante e indispensable que es en
un mundo en constante cambio y de los grandes dividendos que esta puede
generar. Sin embargo, todo esto es iluso y promisorio porque no entendemos
bien lo que significa y mucho menos cómo llevarlo a cabo, lo que hace que se
convierta en una gran fuente de estrés e incertidumbre.
Es frecuente que al preguntar por la definición de
innovación, reciba respuestas como: “crear algo nuevo”, resolver un problema”,
“pensar fuera de la caja” y algunas otras que quizá usted ya se está
imaginando. Yo, personalmente la defino como la capacidad de un individuo u
organización para gestionar e implementar sus ideas.
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